A pesar de hacerse un nombre como intérprete de Wagner y Bruckner, el primer y último amor de Furtwängler fue Beethoven. Furtwängler volvía a sus sinfonías una y otra vez. A lo largo de su carrera habitaban cada vez más en sus programas de conciertos, sobre todo en los últimos años. Furtwängler fue la culminación de la tradición alemana de dirección. En su opinión, la partitura decía solo una parte de la verdad. Para citar a Neville Cardus, Furtwängler “no consideraba las notas impresas como una declaración final sino más bien como tantos símbolos en una concepción imaginativa, siempre cambiante y siempre para sentirse y realizarse subjetivamente”.
El primer movimiento de la Heroica, en la grabación de estudio de 1952, es un magnífico ejemplo de su manejo flexible pero orgánico del tempo. La velocidad varía en respuesta al pulso en constante cambio del drama musical. Sin embargo, todo está impulsado e impregnado por un solo impulso subyacente. Al mismo tiempo, la preocupación del director por el equilibrio y la claridad es tal que lo escuchamos todo. Cada línea de canto es brillantemente audible y pronuncia cada acento incisivo y poco convencional. El lirismo y el conflicto heroico se fusionan en un solo acto de recreación exultante.
Estas dos sinfonías suenan mejor que nunca gracias a la nueva remasterización de cintas originales en HD 192kHz / 24-bit realizada para una nueva caja dedicada a Furtwängler que se lanzará muy pronto. El LP es el estreno de esta nueva remasterización