En su primer álbum con Warner Classics, Lahav Shani dirige a la Orquesta Filarmónica de Rotterdam en la Sinfonía n.°7 e interpreta el Concierto para piano n° 4 de Beethoven. Son dos piezas que provienen del llamado período intermedio de Beethoven. La tensión armónica clásica contribuye al impulso expresivo y rítmico de las composiciones. Estas obras presentan una claridad de textura y, sobre todo, una unidad entre el motivo melódico y el acompañamiento. Aclamado por su "química instantánea" con la orquesta, Lahav Shani es considerado una rutilante estrella entre los directores. Como dice el diario Der Tagesspiegel: "El joven maestro es simplemente sensacional".