Una de las piezas más destacadas de Cipa es esta pieza para piano delicada y sensible. Lleva una melodía simple que crece con un patrón polirrítmico que no pierde nunca su estado de ánimo melódico pero melancólico. Parece que estuviéramos en un viaje a otro lugar, en una transición a otro período de nuestra vida sin nunca darnos cuenta por completo de que nos hemos convertido en alguien nuevo.