Compuesta el día anterior a la grabación de sus Munich Sessions, esta pieza comienza con un acorde fuerte y tenso que da pie a una melodía frágil, que flota repetidamente entre agudos y graves. Siempre comienza en el mismo acorde del inicio, como si alguien estuviera viviendo el mismo día una y otra vez hasta que, al fin, este ciclo se rompe con una segunda melodía que entra como si viniera de otra época o fuese el recuerdo de un día mejor.