Comienzan con una melodía muy inusual en los primeros compases del primer movimiento de la Sonata op.109 de Beethoven. Para su recomposición, Cipa toma una fracción de esta melodía y la transpone al modo menor, contraponiéndola a un motivo repetitivo recién escrito. En dos momentos de la pieza, la melodía original brilla a través de los patrones nublados, casi evocando una época diferente.